La anatomía de un mono es muy interesante, tienen cuerpos diseñados para darles fuerza y agilidad por lo que son flexibles y rápidos. Esto les permite escapar de los depredadores y prosperar en su medio ambiente natural. En muchos sentidos, el cuerpo de un mono es muy similar al de los humanos, y todos los monos tienen huellas dactilares únicas, al igual que los seres humanos.
Poseen piernas largas y brazos flexibles para trepar. Los monos no se columpian en los árboles como mucha gente cree, sólo los simios son capaces de hacerlo debido a la forma en la que sus hombros están formados. También tienen pulgares oponibles que utilizan de la misma manera que lo hacemos los humanos, sin embargo, estos pulgares en ambos, manos y pies.
Pueden pelar las frutas, recoger objetos, y utilizan los pulgares para acicalarse, algunos de los jóvenes, incluso, se han visto chupándose el dedo, al igual que los bebés humanos. Es en momentos como este que podemos hacer nuestras propias reflexiones sobre los hábitos y la anatomía de estos animales.
Los monos poseen una buena visión y sus ojos miran hacia adelante. A menudo se dice que su mirada es muy similar a la de las personas, razón por la que tantas personas se sienten incómodas al ver a estos animales en cautiverio. Algunas especies de monos pueden ver en color, pero la mayoría sólo ven en blanco y negro.
Tienen narices planas pero sus fosas nasales pueden ser estrechas o amplias dependiendo de la especie. Son capaces de utilizar su nariz para oler bien, de manera que puedan identificarse. Poseen un buen sentido del olfato que también les permite identificar las amenazas a su alrededor.
Las orejas de un mono les ofreces una excelente audición y, basado en el tipo de mono pueden ser muy pequeñas o muy grandes. Estas están al lado de la cara, y no pueden moverse sin voltear la cabeza entera.
Todos los monos tienen colas, y esto es parte de lo que los hace diferentes de los humanos y los simios. Utilizan estas largas colas para mantener el equilibrio, saltar y colgar boca abajo de las ramas. También pueden ser capaces de recoger objetos con su cola, dependiendo de la especie.
Todos los monos están cubiertos de pelo, sin embargo, no tienen pelo en la cara o en las manos. Tienen una tráquea, como los seres humanos, que les ayuda con su vocalización y para respirar.
El cerebro de un mono está muy desarrollado, y tienen una estructura dental muy similar a la de los seres humanos. El ADN total de un mono es muy similar al de los seres humanos y este tipo de estudios nos han mostrado que estamos, de hecho, estrechamente relacionado con estos animales. No parecen tener un sistema inmune fuerte y tanto en la naturaleza como en cautiverio los monos son susceptibles a una amplia variedad de enfermedades.